¡Di Positivo al COVID!


A finales de febrero tuve la oportunidad de hacer un viaje a Turín por tres días con el Sr. Celeste y después, por dos días, fuimos con sus papás a la montaña para poder esquiar y festejar su cumpleaños.
En mi historia de vida, la primera vez que fui a esquiar, en la primera bajada tuve un accidente, el cuál al subir la montaña me paralizó; tuvieron mis amigos que pedir ayuda para que alguien me bajara, ayuda que consistía en una persona que te amarra a un trineo y te bajara de la montaña a un costo de 400 euros. Lo bueno de ese viaje es que, en el seguro, estaba incluido ese tipo de accidentes y la atención médica, de la cual sólo tuve una lesión en la rodilla y en mi interior un trauma.

En el principio de la organización del viaje a la montaña de este año, tenía en mente que era el viaje para vencer el miedo, pero al final no lo logro, pero si me dejó algunas semanas sin dormir, una fuerte mareada para llegar al hotel, un dolor de cabeza y una caída en la nieve resbalando. Pero puedo decir que, si quiero aprender y creo que con una escuela, con calma, lo voy a lograr.

Al regresar del viaje, fue cuando comenzó la guerra entre Ucrania y Rusia, la cual, cuando veo las noticias, sigo sin poder creer que sea verdad y que parezca sólo una película difícil de ver. Así que ese día, me sentía cansada, mareada y con una impotencia muy grande.

Desde esa noche, creyendo que por todo lo vivido en los últimos días y los sentimientos que estaba teniendo, me empecé a sentir mal. Al día siguiente seguí mi día como de costumbre, pero muy cansada, un dolor de cabeza fuerte y la garganta me empezaba a doler. Todo esto lo atribuía a lo descrito anteriormente, "una gripa emocional".

Llego el viernes y decidí quedarme en casa por lo mal que me sentía y empezaron las miles de preguntas en mi cabeza a surgir, ¿será solo emocional? ¿es por la guerra? ¡seguro el cambio de clima! ¿y si es COVID? ¿Y SI ES COVID?Así que hice la cita para el domingo (porque no había espacio antes) ir a la farmacia a hacerme la prueba y estar segura, sobre todo por la escuela y la convivencia con todos en la familia.
 
Llegó el domingo y fui a la prueba, en mi mente decía que era emocional, pero mi cuerpo no soportaba estar esperando, me dolía todo y solo pensaba en ir a mi cama. Me dieron el resultado y ¡POSITIVO AL COVID!. Ok positivo, ahora ¿qué debo hacer? ¿a quién le debo decir?. Por fortuna mis suegros llegaron a la farmacia y me llevaron a casa, y ahí pudimos platicar y con toda la calma del mundo, me dijeron que no había problema, que ahora tenía que descansar. Llegué a casa y al platicar con el Sr. Celeste, me dijo lo mismo, sólo que ahora tendríamos que estar encerrados.

Una vez que estuve sola, comencé a llorar de impotencia, de pensar que después de 2 años, 3 vacunas (tomando en cuenta que la J & J es doble), vuelos, camiones, boda, etc. el COVID me había ganado, pasaba a ser un número más en su estadística. En este punto me llegaban todo tipo de pensamientos, si se lo contagié a alguien más, con quién estuve y avisar a todos, llamadas de seres queridos para apoyar y estar al pendiente.
 
Después de unos días me empecé a sentir mejor, pero me llegó el mensaje de "no te confíes, yo ya me sentía mejor y al siguiente día estaba igual" y así fue, me empecé a sentir mal otra vez, con mucho miedo de que pudiera complicarse y más estando tan lejos de mis papás, de lo que es conocido para mí y al mismo tiempo confiando en mi nueva familia y en que aquí también estoy segura.
 
A los siete días me hice otra prueba, porque el sistema de Italia te hace monitoreos para que no salgas de tu casa y hasta que no tengas un test negativo, no te dan una carta que dice que ya puedes salir. Esta prueba salió ¡negativo! y me dio mucha paz, pero descubrí que no estaba del todo bien, que tenía que ir recuperándome poco a poco para poder estar totalmente curada.
 
Al día de hoy puedo decir qué me sigo cansando rápido, que de repente me dan dolores de cabeza y que el miedo a volver a contagiarme sigue, pero será con paciencia que pueda salir adelante. Así que sí, perdí contra el COVID y puedo decir que no fue fácil, pero que agradezco que haya sido después de las vacunas y que ahora esté en camino de recuperarme.



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