El Ragù no es como en casa
Desde hace muchos años, en casa de mis papás, se cocina "espagueti a la boloñesa"; este es un platillo compuesto por espagueti con crema y carne sazonada con jitomate. El día que se servía, era un día especial, porque al final como dicen en México "panza llena, corazón contento". Es así que, no sólo con el espagueti a la boloñesa, sino con cualquier platillo que llevara pasta, descubrí que mi comida favorita tenía su base en la comida italiana.
Mi primer encuentro cercano con la cultura italiana, fue cuando comencé a trabajar en Disney World, era compañera de cuarto de 2 italianas, que me enseñaron que el día comienza con un café, que los dos idiomas se parecen y que nuestras culturas son igual de cálidas. En esta experiencia que duró un año, conocí más italianos, me divertí, bailé y me enamoré.
Es así que, desde hace casi 6 meses, mi vida cambió de rumbo, me casé con el italiano del que me enamoré y me vine a vivir a Italia ¡qué sueño hecho realidad!; puedo comer pasta todos los días, sin que me digan que he comido demasiada pasta. Pero puedo asegurar, que aunque mi cuerpo ya se acostumbró, si he visto cambios en mi cuerpo, que han valido toda la pena.
Dentro de mi acercamiento a cocinar comida italiana, un día me llamó mi suegra para enseñarme a preparar Ragù, que un poco ingenua pensé que era como lo hacíamos en mi casa, y no, hay que conocer todos su secretos para poderlo preparar. En principio los condimentos con los que se prepara la carne (apio, cebolla, perejil, zanahoria), la salsa de jitomate y luego la paciencia para mezclar la salsa hasta que quede en la consistencia deseada, mas o menos en toda la preparación son dos horas. Este Ragù se come con pasta, lasagna, solo, con verduras o como la base para cualquier otro platillo y se prepara de manera semanal.
Descubrí que el Ragù no es como en casa, descubrí que en Italia, la comida, es el motivo de sentarse en una mesa, acercarme a cocinar comida italiana y de preparar la comida favorita de mi esposo. Cuando logré hacerla sola, le di a probar a mis suegros ¡fue todo un éxito!. Así que, ahora cada semana, me doy tiempo para preparar Ragù, ya que, aunque no es como en casa, es ahora ¡mi casa!.
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